De nuestro hogar, la cocina quizá sea uno de los espacios en el que más tiempo pasamos. A la hora de diseñarla no sólo se escogen los muebles y electrodomésticos atendiendo al espacio de que se dispone, sino que también se tienen en cuenta otra serie de factores para conseguir un espacio agradable: una buena distribución de los muebles y electrodomésticos para tener espacio y movilidad a la hora de cocinar, una iluminación adecuada (a la par que acogedora) para trabajar en la cocina y una temperatura correcta tanto en verano como en invierno. Pero, ¿cómo conseguimos esto último?

En invierno la zona de trabajo está caliente gracias a la temperatura elevada del horno (si se usa) y de las placas de cocción. Sin embargo, la zona en la que comamos y el resto de la cocina estará fría. Para unificar la temperatura en esta estancia podemos contar con una bomba de calor, un sistema muy eficiente en cuanto a sistemas de calefacción y ventilación. En verano, además, no apetece demasiado pasar mucho tiempo en la cocina puesto que pasaremos calor mientras cocinamos. Dicha bomba también es útil para el verano ya que no sólo desprende aire caliente: también aire frío.

No obstante, cada cocina es distinta, es única, por lo que cuando se realice el diseño de la cocina, si queremos instalar aire acondicionado en ella habrá que tener en cuenta sus características y necesidades. Así, encontramos varias opciones:

Sistema de aire acondicionado con bomba de calor. Según el espacio y las características de cada cocina, la habitación podrá climatizarse o refrigerarse mediante splits de pared, rejillas o conductos y consolas de suelo, con una gran fiabilidad en todas las condiciones climáticas. La potencia se puede controlar mediante una consola central. Su funcionamiento es silencioso y ahorra energía, siendo más respetuoso con el medio ambiente.

Sistema de calefacción y agua caliente. Este sistema, además de mantener una temperatura óptima en la cocina, calienta el agua. La bomba de aire-agua atrae y atrapa la energía del aire para climatizar o refrigerar la cocina. Cuenta con distintas opciones: calefacción por suelo radiante, radiadores, fancoil… Se trata de una tecnología económica (su funcionamiento abarata las facturas de luz), segura, limpia y respetuosa con el medio ambiente. Se puede combinar con paneles solares para conseguir que nuestra vivienda sea más ecológica.

Los que más se suelen instalar son los del tipo Split, con cuidado de apagarlo mientras se cocina, para evitar que los filtros se ensucien de grasa debido al humo o vapores que se generan cocinando. Tampoco se debe poner en marcha con el extractor encendido, ya que éste absorbe el aire de la cocina, haciendo inútil el trabajo del aire acondicionado: en cuanto producen algo de frío, se va por el extractor junto con el humo de la cocina. De este modo nunca se llega a un punto óptimo de refrigeración y la factura de la luz aumentará…

Y, si ninguna de estas opciones termina de convencerte pero no quieres pasar calor en tu cocina en verano, siempre podrás decantarte por un aire acondicionado portátil que podrás usar también en cualquier otra estancia de tu hogar y que, además, ocupan poco espacio gracias a su diseño en forma de columna.

Ahora que se acerca el verano, instalar alguna de estas opciones de climatización y refrigeración en la cocina puede ser de lo más útil, tanto si la cocina ya está instalada como si se piensa hacer una reforma o se trata de una vivienda de obra nueva. Déjanos asesorarte, ¡seguro que encontramos el sistema de aire acondicionado que mejor se adecúe a tu cocina!

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