Tanto si piensas en cambiar de cocina como si no, hay que tener en cuenta que no todos los materiales son iguales y, por tanto, necesitan cuidados diferentes (así como productos). Hagamos un repaso sobre los productos y cómo limpiar diariamente la cocina, especialmente las encimeras, frentes y puertas.

 

Puertas y frentes de cocina

Para las puertas y los frentes de cocina (sean de madera, lacados, sintéticos o laminados) se recomienda el uso de productos de limpieza solubles en agua, en especial limpiadores jabonosos. Hay que evitar los productos de base nitro o a base de resinas sintéticas para cualquier tipo de frentes, ya que podrían dañarlos. En los frentes lacados también evitaremos los productos abrasivos y los que sean muy agresivos con las superficies a tratar. 

En caso de tener dudas sobre alguno de ellos, lo mejor es hacer una pequeña prueba en una zona que no esté a la vista para comprobar si es corrosivo o no. 

En el caso de los frentes de madera, para eliminar la suciedad de los poros, la limpieza ha de realizarse siempre en la dirección de la veta. Tras la limpieza, los frentes se han de secar inmediatamente. 

 

Encimeras laminadas

Este tipo de encimeras deben limpiarse con regularidad. Para ello se ha de usar agua templada, pues el agua fría puede producir decoloraciones y vetas no deseadas. 

Pueden usarse casi todo tipo de detergentes y limpiadores comunes, excepto los abrasivos. También se han de evitar los limpiadores ácidos y los abrillantadores grasos, pues pueden estropear la superficie sintética de la encimera.

Se han de evitar también los estropajos de acero, así como las bayetas usadas, ya que las acumulaciones de agua o el hecho de posar una bayeta húmeda sobre alguna de las juntas, puede estropear la encimera. Se recomienda limpiarla con una esponja o un paño suave y secarla con un trozo de papel de cocina.

 

Encimeras de piedra natural y granito

Los mejores limpiadores para las encimeras de piedra o de granito son los no ácidos ni abrasivos. El ácido estropea las cualidades de la piedra, por lo que también hay que tener especial cuidado de no dejar alimentos ácidos en ella. Tampoco se han de colocar utensilios calientes directamente sobre ella ni cortar sobre la encimera.

Estas superficies pueden limpiarse con un limpiacristales y un trapo o papel de cocina o con un limpiador jabonoso diluido en agua, que aplicaremos con un trapo y después secaremos con un paño o con papel de cocina. 

Además, debido a su porosidad y absorción, necesitan un cuidado especial para que la suciedad no penetre y se formen manchas: cada uno o dos años se ha de impregnar con un elemento impermeable al agua y al aceite, que absorberá la piedra. Antes de hacerlo debemos asegurarnos de que la encimera está limpia y seca. Tras su aplicación y posterior absorción, únicamente habrá que limpiar los restos.

 

Encimeras de madera maciza

La madera maciza no tolera bien la humedad, por tanto, hay que evitar posar sobre ella bayetas, esponjas o trapos mojados y asegurarnos de que no queden restos de agua sobre ella. Para su limpieza, existen limpiadores jabonosos específicos para madera, que se han de diluir en agua fría o templada. Después de su limpieza, se ha de secar inmediatamente con un trapo. Para un mayor cuidado, existen aceites especiales para el cuidado de la madera, que se pueden aplicar con papel de cocina o un trapo.

Los residuos sólidos como el polvo o los residuos habituales de la cocina pueden eliminarse fácilmente con un limpiador suave y un trapo o paño que no suelte pelusas. Para las manchas más difíciles se recomienda usar algún limpiador con benzinas. Cada cierto tiempo se ha de tratar la madera con algún producto que contenga cera para conseguir una mayor resistencia a las manchas y al agua.

 

Encimeras de cristal

La limpieza y el mantenimiento de una encimera de cristal son muy sencillos, pues se trata de un material fácil de cuidar, ligero y altamente resistente al calor (aunque sí debemos evitar los arañazos y cortar sobre ella usando tablas de cortar). Los cristales transparentes se pueden limpiar con detergentes suaves o con limpiacristales y un estropajo suave o trapos. Si se trata de vidrio satinado, debemos asegurarnos de que el producto no contiene silicona ni ácido

 

Electrodomésticos

Para asegurar la correcta higiene de nuestros electrodomésticos (frigoríficos, congeladores, microondas) pueden limpiarse con amoniaco diluido en agua con un trapo. Tras la limpieza se ha de secar también con un trapo. En el caso del microondas (en el que pueden quedarse pegados restos de comida), podemos usar un estropajo suave para quitarlos y una bayeta húmeda para terminar la limpieza.

 

Hornos

Los hornos suelen acumular mucha grasa y suciedad, por lo que para su limpieza se debe aplicar un desengrasante (con el horno previamente calentado), dejarlo actuar unos minutos (lo que indique el fabricante), retirar con un estropajo y aclarar con un trapo mojado en agua y amoniaco.

 

Vitrocerámicas

En el mercado existen muchos productos especiales para la limpieza y el cuidado de las vitrocerámicas. Suele tratarse de un limpiador en gel con agentes que aseguran el cuidado de la misma. 

Se aplica y se extiende fácilmente sobre la superficie con una esponja. Tras dejarlo actuar unos minutos, se ha de retirar con una bayeta húmeda y después secar con un trapo o con papel de cocina.

 

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